Tiempo de Reflexión

Por Tamara GJ, el 16/07/2013

Tiempo de Reflexión


Para muchos es época de vacaciones, de descansar, de relajarse, de desconectar. Y de reflexionar. Con calma todo es más sencillo, cualquier cosa que nos planteemos tendrá más sentido. Cuando nuestra mente está serena, nuestra percepción del mundo cambia.


Dediquemos algún tiempo de nuestras vacaciones a reflexionar, a pensar sobre aquello que nos preocupa, que nos bloquea o limita. Veámoslo desde otro punto de vista para analizarlo y resolverlo de manera satisfactoria.

¿Por qué reflexionar en vacaciones?

A diario nuestro cerebro puede verse bombardeado por los problemas y preocupaciones cotidianos que nos afectan. Aunque usemos estrategias para controlarlos, en muchos momentos nuestra mente y nuestro cuerpo se saturan y necesitan un merecido descanso.


Así las vacaciones –en cualquier momento y lugar- son una buena ocasión para, además de descansar y desconectar, poner en orden nuestros pensamientos y prioridades, aprovechando cualquier oportunidad de deshacernos de todo aquello  que no nos sirva y reconduciendo nuestros esfuerzos y energías hacía aquello que nos acerque a nuestras metas.


El cambio de ambiente y de actividad, las situaciones de distensión y diversión, los hobbies y viajes,… nos distancian de nuestros problemas cotidianos y esto ayuda a verlos de otra forma. El estado mental que conseguimos cuando estamos de vacaciones es idóneo para motivarnos hacia el cambio que estamos buscando.

Cualquier momento es bueno, si sabes cómo

Tumbados bajo el sol en la playa o sentados en la cima de una montaña, contemplando el horizonte o viendo una película, charlando con familiares y amigos o paseando con tu perro, escuchando música o leyendo un libro. En cualquier momento puedes reflexionar sobre lo qué estás haciendo, cómo has llegado hasta ello y cómo puedes mejorarlo y disfrutarlo más.

Dedicar un rato largo a meditar todos los días es un ejercicio saludable para nuestra mente, pero reflexionar sobre nuestros pensamientos y acciones puede ayudarnos de forma inmediata.

Abre tu mente, respira profundamente y visualizate consiguiendo lo que quieres. Aprovechando ese estado de bienestar. Interioriza esa imagen y usala cuando necesites fuerza y motivación.

Sobre qué reflexionar

Tener la mente relajada y despejada nos permite centrarnos en nosotros mismos, en lo somos y queremos ser, valorando alternativas que nos faciliten el alcance de nuestros objetivos.


Puedes empezar por un autoanálisis (cuestiones personales que te gustaría resolver o mejorar) y seguir con la evaluación de tu entorno (trabajo, familia, amigos, pareja, ocio y tiempo libre..)


Desde lo más habitual como aprender inglés o apuntarse al gimnasio, hasta planteamientos en el cambio de estilo de vida para una mayor adaptación a la nueva situación y a cualquier novedad que se pueda presentar en cualquier área – redistribución de los recursos económicos para ahorrar, gestionar el tiempo y esfuerzos en lo que realmente merece la pena, aprender a reconocer y controlar las emociones,...


Cuestiones laborales o familiares, problemas económicos o de pareja, conflictos sociales o personales,…, pueden valorarse desde múltiples perspectivas, y la distancia (mental y ambiental) permiten la visualización de un mayor número de alternativas.